ENTREVISTA: Alfonso Arana, presidente de la Asociación Proyecto Hombre
Alfonso Arana lleva tres décadas trabajando en Proyecto Hombre. Comenzó como voluntario haciendo acompañamientos a personas con problemas de adicción. Después, entró a trabajar en el Centro de Pamplona como educador y terapeuta, y desde hace veinte años es director de Proyecto Hombre Navarra. En octubre comienza una nueva etapa como presidente de la Asociación Proyecto Hombre, tomando el relevo a Luis Bononato, director de Proyecto Hombre Cádiz, que se despide después de cuatro años de trabajo intenso.
¿Qué te motivó a entrar a trabajar en Proyecto Hombre?
Llevaba 4 años trabajando en un Centro de Menores y lo que me atraía de Proyecto Hombre era continuar en la labor de acompañar en los procesos de cambio. Además su solvencia metodológica y su manera de trabajar, bien pensada, demostraba con hechos su funcionamiento.
¿Qué te motiva a seguir haciéndolo?
Creo que la realidad de Proyecto Hombre de compartir la vida con personas que quieren crecer, tener segundas oportunidades, repensar cómo vivir, te hace sentir más vivo y hace que te ilusione estar en esa dinámica de cambio y de crecimiento personal.
¿Qué retos te planteas como presidente de la Asociación para los próximos 4 años?
Lo que ofrezco por un lado es trabajo, no en la línea del presidente Alfonso Arana, sino un trabajo en equipo mancomunado entre las personas que trabajan en la Asociación, en la Asamblea de Presidentes/as y en la Comisión Permanente. También desde la dinámica de sencillez y transparencia general que se aplica en Proyecto Hombre. Y como retos, hay muchos. Por un lado, facilitar que en todo el territorio estatal las personas encuentren Centros de Proyecto Hombre lo más próximo a su lugar de residencia, donde encuentren prevención, atención e investigación. Por otro, tenemos que dar una vuelta a la perspectiva de género, tanto desde el enfoque del problema de las adicciones como desde los propios programas e instrumentos que utilizamos. Y en cuanto a la parte económica, sería importante conseguir una financiación estatal estable y buscar financiación a nivel europeo.
¿Qué puede aportar tu experiencia como educador y director de Centro a la Asociación?
A lo largo de estos años me ha tocado estar en distintos puestos. Empecé como voluntario en los años 80-90, luego estuve una década como terapeuta y director en la Comunidad Terapéutica y, los 20 últimos años, me he dedicado a labores de organización, gestión, etc. Además, 18 de estos 20 años he estado en la Comisión del Plan Estratégico de la Asociación. Creo que puedo aportar ese bagaje de ver lo que es la estructura de la Asociación desde una perspectiva más educativa, de acompañamiento de procesos y también en la línea de que no vamos a cambiar a nadie, sino a acompañar y motivar, dando la responsabilidad del proceso a las personas y estando a su lado.
¿Echas en falta el contacto con las personas?
Sí. Hace dos años escribí una carta a mi patronato con la idea para dar más peso a esa parte terapéutica. Pero a veces la vida te lleva a escenarios que no oteas y ahora me toca coordinar y presidir la Asociación a nivel estatal, y para mí también es un honor y un reto poder hacer esta labor desde la vocación de servicio.
Llevas en Proyecto Hombre prácticamente toda tu vida profesional. ¿Cómo describirías el cambio que ha habido en el panorama de adicciones?
Cuando empezamos en los 80-90, la urgencia del dramatismo del fenómeno de la heroína hacía necesaria una respuesta como la que dio Proyecto Hombre entonces. El perfil de las personas que acuden a Proyecto Hombre ha ido cambiando. En los años 2000 estaba lo que llamábamos “un tercio, un tercio, un tercio”, es decir, un tercio con problemas de heroína, un tercio de estimulantes y un tercio de alcohol. Actualmente estamos antes dos grandes bloques: en torno al 40% con problemática de alcohol, otro 40% con estimulantes de cocaína y anfetaminas, junto a un 10% de cannabis. La heroína ha pasado del 95% de los años 90 a un 4 o 5% en la actualidad. Todo estaba centrado en las sustancias, pero desde los Centros estamos cada vez más abiertos al abordaje de las problemáticas sin sustancia, todo el tema del juego patológico, apuestas deportivas, casinos online, máquinas tragaperras, etc.
También ha evolucionado la terminología: en los 80-90 se hablaba de toxicómanos, después de drogodependientes, ahora se habla de personas con problemas de adicción. Hemos pasado de una problemática donde se moralizaba la conducta de la persona drogodependiente a una situación actual donde se entiende como una adquisición de hábitos incorrectos más que como una problemática moral. Asimismo ha cambiado el perfil y el papel de las familias. No tiene nada que ver la estructura y sostén que tenían en los 80-90, donde se permitía que se integraran en el centro y el tratamiento a lo largo de años, así como las realidades familiares. Hemos evolucionado como sociedad y también han cambiado las adicciones.
¿Qué es lo más te preocupa en el ámbito de las adicciones?
Podemos poner la mirada en dos cosas: tenemos por un lado las sustancias y, por otro, las personas. Me gusta poner más la mirada en las personas. Sea con o sin sustancia, me preocupa que las personas que están teniendo problemas personales por el uso de sustancias o por conductas adictivas, como el juego, encuentren en los Centros de Proyecto Hombre una mano amiga que les ayude a dar el paso y a transformar sus vidas.
Por otro lado, en cuanto a sustancias, tenemos un reto como sociedad que es la gestión del consumo de alcohol en nuestra sociedad. Estudios del Plan Nacional sobre Drogas indican que hay menos jóvenes consumidores, pero más índices de borracheras en fin de semana que históricamente. Al igual que hicimos un aprendizaje con el tabaco, que se hizo una legislación y una educación social sobre cómo disminuir el uso del tabaco, creo que tenemos que hacer todo un trabajo sobre el uso del alcohol. En segundo lugar, los estimulantes y en tercer lugar, el tema de las adicciones sin sustancia, las apuestas online, casinos online, los recintos de apuestas deportivas, etc.
La normalización del consumo del alcohol es una realidad, ¿cómo se puede afrontar?
El problema de salud pública más importante que tenemos en la sociedad es el alcohol. La mayoría de las personas que acuden a tratamiento no lo hacen por consumo de alcohol, pero cuando hacemos una evaluación de los distintos problemas que tienen por sustancia, encontramos que dos tercios de las personas que vienen tienen problemas con el alcohol. Además, entre otros problemas, nos encontramos con los accidentes de tráfico, las enfermedades que el alcohol conlleva a largo plazo, etc. Esto nos hace estar ante uno de los principales problemas que tenemos en la sociedad y tenemos que reflexionar sobre ello.
Desde hace unos 12 años se intenta regular la venta, la exposición del alcohol, etc. Es un tema a veces conflictivo socialmente porque hay muchos sectores que están vinculados al alcohol: productores, los sectores de hostelería y turismo, etc. Es un tema difícil pero tenemos derecho a proteger a los jóvenes y al resto de la sociedad y creo que se tendrían que regular horarios, lugares de venta, consumo en espacios públicos… Hay temas en los que se puede avanzar y buscar consensos sociales. También se pueden estudiar experiencias en pequeños núcleos poblacionales, como Islandia, para ver cómo podemos mejorar como sociedad.
¿Cómo se puede cambiar esa perspectiva en una sociedad en la que el consumo de alcohol forma parte de la cultura?
A veces surge la alarma de uso que hacen del alcohol los jóvenes. La reflexión no tiene que partir del uso del alcohol que hacen los jóvenes, sino el uso que hace la población adulta. Porque quien marca el modelo de fiesta y de consumo es la población adulta. Si lo que ven los niños y los jóvenes es que todo espacio de celebración está transitado por el tema del alcohol, cómo no van a entender que el uso del alcohol está asociado a la fiesta. Ahí el gran cambio tiene que hacerlo la población adulta. Por ejemplo, aquí en Pamplona con los Sanfermines o las distintas ferias de Andalucía, entender el disfrute, la diversión más centrada en el encuentro personal, el baile, la alegría y menos en el trabajo del alcohol es un trabajo ímprobo y no un trabajo de tres días. Tendría que haber muchos consensos sociales.
Esto también se constata en algunas series que están ambientadas en los años 60 donde se ve que el consumo de alcohol y tabaco se daba a todas horas. Parte de esos usos han cambiado. Hoy en día hay otros valores de cultivo del propio cuerpo que igual en otros momentos no existieron. ¿Cómo hacer para que la gente cuando se divierta no pase obligatoriamente por el alcohol? ¿Y qué hacemos para evitar que cada vez que la gente tenga problemas la solución inicial sea pasar por el alcohol u otras drogas?
Ahora vuelve una adicción al juego y especialmente entre los jóvenes, ¿qué crees que se puede hacer frente a ello?
Es una nueva conducta que se está impulsando socialmente y que de nuevo nos pilla fuera de juego. En lugar de ir por delante y tener ya una previsión legal, tomar unas serie de medidas a nivel de formación y prevención tanto en centros escolares como en familias… se está impulsando todo el fenómeno del juego con las apuestas online y casinos online, así como los salones de juego que proliferan. Puede haber tres grandes medidas: una relacionada con la prevención y formación sobre juego para que adolescentes, padres y madres estén concienciados sobre el tema, así como en entornos escolares; en segundo lugar, que todos aquellos que empiecen a tener problemas con el juego encuentren respuesta en nuestros Centros para ser atendidos; y, en tercer lugar, como sociedad y como estado tendríamos que hacer unas medidas legales que restrinjan la publicidad invasiva y que usan líderes de opinión (desde líderes deportivos, musicales, etc.) para avanzar a un consumo masivo. Y también habría que hablar de que toda esta industria está beneficiando a terceros y estos terceros deberían valorar si ese dinero es o no lícito. Pondría en solfa que algunos espacios de información deportiva son básicamente espacios de publicidad del juego en lugar de espacios de publicidad deportiva.
Y en cuanto a las TIC, ¿crees que se podrá llegar a un punto de convivencia?
Los entornos digitales han venido para quedarse y es posible que en todo esto haya personas que desarrollen conductas problemáticas que lo que hagan sea centrar su vida en esta realidad y tener unas pérdidas muy importantes en sus relaciones sociales, laborales y familiares. Tendremos que trabajar para que estas personas superen esta situación y tengan como centro de su vida las relaciones reales y no las virtuales. Pero tampoco podemos entrar en una demonización de las TIC porque no tiene mucho sentido. Habrá que educar en los riesgos y las utilizaciones erróneas. Y me parece muy importante toda la labor preventiva a nivel de infancia y de juventud. Habrá que educar sobre cuáles son los momentos de uso, las normas de convivencia más adecuadas, etc.
A nivel institucional, Proyecto Hombre está cada vez más presente en foros internacionales. ¿Qué crees que podemos aportar?
Proyecto Hombre por un lado participa en las distintas redes de Comunidades Terapéuticas, Federación Europea y Federación Mundial. Y desde hace unos años tenemos el papel de Entidad Consultiva y también participamos en el Foro de Acción Social a nivel europeo. Me parece que los espacios estatales e internacionales están cada vez más relacionados, y entra todo dentro del mismo trabajo. Para avanzar en España tenemos que avanzar a nivel europeo, por eso tenemos que tener presencia en distintos foros. Nuestro principal objetivo es que las personas con adicciones tengan respuestas de atención y, por eso, vamos a ONU Viena cada año a explicar lo que se hace.
Además, en América Latina hay relaciones con la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas, que siempre nos da un papel referencial por condiciones históricas, etc. Y a nivel gubernamental trabajamos con la RIOD, donde también estamos presentes.
La Asociación representa a 27 Centros Proyecto Hombre, cada uno con su identidad propia y su funcionamiento autónomo. ¿Qué crees que les aporta la Asociación?
Por un lado, está el equipo de las personas que trabaja en la sede; por otro, la red de comisiones que reportan y vinculan en torno a la Asociación; y por otro, la Asamblea de Directores/as-Presidentes/as. Todos ellos, a distintos niveles, aportan cuestiones distintas. También la conforman las familias, personal y voluntariado de los Centros. La Asociación lo que aporta en concreto es, por un lado la Formación, a través del Máster en Adicciones con la Universidad de Oviedo que realizan todos los técnicos de los Centros. Por otro, el soporte en Proyectos, tanto a nivel nacional como europeo. Y, por otro lado, la comunicación, ahora con el trabajo de la marca, la revista, redes sociales, etc. Todo este trabajo es muy importante y genera un valor para los Centros.
¿Luis Bononato te ha dado algún consejo como presidente saliente?
El cambio de presidente no es una cuestión de cambio político, sino de continuidad. Él insiste en, constantemente, tener abierta la escucha a las distintas personas y elementos que conforman la Asociación: a través de la dirección general al equipo de la APH; a través de la Asamblea al conjunto de directores/as-presidentes/as; y a través de la Escuela de Otoño, al voluntariado. Me gustaría aprovechar para agradecerle su labor durante este tiempo por un trabajo que a veces se da por hecho y hay que valorarlo.
Para terminar ¿qué les dirías a aquellas personas que acuden a Proyecto Hombre?
En los momentos de crisis o sufrimiento que ocasionan las adicciones, muchas veces se pierde un poco la esperanza. Desde Proyecto Hombre creo que tenemos que ser ese lugar donde encontrar una mano amiga y donde, con el trabajo de la persona, la familia y el Centro, puedan poder salir adelante y rehacer sus vidas.

Muchas gracias, Luis
La presidencia de la Asociación Proyecto Hombre es un cargo rotatorio con una duración de cuatro años. Luis Bononato fue elegido presidente en 2015 y en la Asamblea de Presidentes/as celebrada el pasado mayo en Asturias se votó la elección del nuevo presidente, resultando electo Alfonso Arana. “Estoy seguro de que su labor será tan encomiable como la que desarrolla en su Centro desde hace más de 28 años. Para mí ha sido un placer presidir y representar esta Asociación”, indica Bononato.
Desde la Asociación se quiere agradecer la dedicación y el esfuerzo de Luis como presidente, sabiendo conjugar este papel con su labor como director de Proyecto Hombre Provincia de Cádiz.