El juego de la vida

21/12/2021     

Autor: Manuel Muiños Amoedo

Presidente de la Revista Proyecto

Así parece que enfocamos la vida en más de una ocasión, como un juego en el que siempre queremos ganar. Cada día nos empeñamos en tener un as para matar el tres.

Muchos tratan de tener siempre un as bajo la manga para hacerse con el triunfo final. Nada más lejos de la realidad por más que nos empeñemos.

La vida no es un juego, por más que algunos nos lo vendan como tal y nos metamos inconscientemente, muchas veces, en una rueda de competitividad que nos arrastra, que nos lleva a una lucha por alcanzar metas cada vez mayores, sin tener muy claro el valor real de ese triunfo tan deseado.

En esta vorágine de la vida, en este vivir del competir más que del sentir y el compartir, se hace muy presente, cada vez más, el juego en sus múltiples variables.

No son pocos los que saltan al terreno del juego y desgraciadamente se quedan atrapados en una adicción realmente compleja. Mucho más de lo que a priori muchos puedan pensar o ni tan siquiera imaginar.

No es pequeño el dolor, ni el sufrimiento que genera, ni pequeña es la angustia de quienes, de una u otra manera, se ven atrapados en esta tela de araña que de forma callada pero continuada, se va entretejiendo en una sociedad necesitada de llenar vacíos. A veces con supuestas soluciones que generan vacíos aún mayores.

Es hora de poner las cartas boca arriba, de llamar a las cosas por su nombre y depurar esa hipocresía con la que se envuelve el mundo de los juegos de azar. Es hora de depurar responsabilidades sobre quienes fomentan esta actividad y quienes la practican de manera inadecuada. También aquí parece servir de poco establecer límites y normas.

Es, como casi siempre, un problema de conciencia personal y social. Hemos de preguntarnos pues, una vez más, que parte podemos y hemos de asumir en esta realidad, en la que pocos son los que ganan mucho y muchos los que lo pierden todo o casi todo.

La vida no es un juego, no nos la juguemos. La suerte no está echada, la suerte está en nuestras manos. Un paseo tranquilo por las páginas de este número de PROYECTO tal vez nos aclare las ideas y nos ayude a situarnos o resituarnos ante el mundo del juego y ante la vida.

Tal vez nos ayude a comprender que somos mucho más que esa simple bola que rueda al azar sobre la ruleta de la vida.