Entrevista a Roberto Santiago, autor del libro Ana Tramel

21/12/2021     

Roberto Santiago cuenta con una larga trayectoria como escritor, guionista y redactor.

Entre otras obras, ha publicado la colección Los Futbolísimos,un fenómeno editorial que se ha convertido en una de las colecciones de literatura infantil más vendidas en nuestro país en los últimos años y que ha sido traducida a varios idiomas.

Ha escrito y dirigido, entre otras, las películas El penalti más largo del mundo (nominado al Goya al Mejor Guión), Al final del camino o la coproducción internacional El sueño de Iván (patrocinada por Unicef por sus valores para la infancia).

Además, ha colaborado en varias series de televisión; por ejemplo, como guionista para la actual adaptación de su novela Ana Tramel para Televisión Española.

Para la preparación de esta novela estuvo documentándose más de tres años y después un año y medio escribiendo. Para la adaptación, un año y medio trabajando en los guiones.

Ésta es la historia de David contra Goliat. La historia de aquéllos que no se conforman, que no se dejan pisar, y que se levantan contra un sistema injusto.

Es la historia de Ana Tramel, una brillante abogada que resurge como ave fénix y que hará todo lo posible para ayudar a su hermano, acusado de asesinato.

Todo comenzó con una novela. Después llegó la serie de Televisión Española.

Una serie que funciona como intriga judicial, pero también como crítica a las leyes permisivas con los casinos y que visibiliza el problema del juego.

Además, aporta una reflexión sobre el drama que existe tras los más de 40.000 millones de euros que se gastan cada año en el azar los españoles.

Roberto, ¿cómo surgió la idea de adaptar tu novela y llevarla a las pantallas?

Al poco tiempo de publicar mi novela, Ana Tramel, ya hubo interés de algunos productores por convertirla en una serie de televisión. En este caso fue la productora DeaPlaneta y la productora Tornasol media quienes se interesaron.

Lo cierto es que en las críticas de la novela muchos comentaban que tenía un estilo muy visual, muy cinematográfico.

Yo la escribí pensando en una novela, pero me pareció muy buena idea la adaptación porque sí que creía que había material suficiente como para rodar una serie.

Enseguida se unió al proyecto la productora alemana ZDF y luego Televisión Española y con la suma de todos ellos le propuse a Ángela Armero, que es una guionista estupenda, que hiciéramos juntos la adaptación.

¿Por qué decidisteis apostar por el formato serie frente a la producción de cine?

En algún momento del proceso se pensó en la opción de la película, pero se descartó rápidamente porque locierto es que es una novela muy extensa (son 900 páginas) y por las características de la historia ya que si hubiera sido una película se hubiera tenido que quedar fuera mucha trama.

El formato serie, en este caso 6 capítulos de una hora cada uno, nos permitía ser más fieles, contar todas las historias sobre el mundo del juego que queríamos compartir.

Desde Proyecto Hombre creemos que existe la necesidad de discutir el problema de la ludopatía como sociedad y que tanto el libro como la serie de Ana Tramel ayudan a ello mostrándolo en televisión ¿Qué sensaciones te gustaría despertar entre aquellos que vean la serie o leen el libro? ¿Qué impacto gustaría lograr? ¿Por qué decidiste escribir un libro con el juego como eje central?

Todo comenzó cuando me encargaron escribir un guion sobre los torneos de póker. Los mismos torneos de póker que nos venden como si fueran un evento deportivo, a los que además acuden estrellas del mundillo.

En ese momento me sumergí en el mundo del juego. Comencé a documentarme, a acudir a torneos, casinos…

Descubrí que detrás del mundo del juego no existe ese glamour que nos quieren contar, sino ruina económica, moral, miseria y familias enteras destruidas.

El juego es una adicción, pero no parece que se vea el riesgo como ocurre con otras adicciones y, sin embargo, hay que tratarlo como tal.

Entonces decidí aparcar el proyecto con el que había comenzado y empecé a escribir sobre la realidad del mundo del juego y las casas apuestas, porque sentía que tenía la obligación moral de contarlo.

Sacarlo a la luz es una obligación de cualquiera que lo conoce.

Ana Tramel es la primera serie de televisión que gira en torno a la ludopatía tratándola como una adicción que puede llevar a destruirlo todo… y este enfoque es novedoso ¿Consideras que el mundo del juego está romantizado y dulcificado y no se ve el riesgo potencial que existe?

Muchas veces la televisión, el cine e incluso la literatura nos han vendido el mundo del juego con un falso glamour.

A todos nos vienen a la cabeza grandes superproducciones como Casino Royal en el que el enfoque del juego está romantizado y hace mucho daño.

Yo he intentado ser muy realista en mi novela y también en la serie.

Es ficción, sí, pero todo lo que cuento está basado que aquello que he visto con mis propios ojos: personas arruinadas, chavales y chavalas cada vez más jóvenes que se inician en el mundo del juego.

Por eso quería aportar un pequeño granito de arena para que este tema siga en el debate público y que se hable de ello, porque es un problema que cada vez va a más.

Los datos que aparecen en el primer capítulo de Ana Tramel, son escalofriantes, ¿cómo te documentaste para escribir la novela?

Todos los datos que aparecen tanto en la serie como en la novela son reales.

La cantidad de casas de apuestas y lugares donde uno puede jugar, además del juego online, están al alcance de la mano. Los lugares donde uno puede apostar cubren el mapa de España.

Durante años asistí a timbas legales e ilegales en distintos lugares de Europa.

Hablé con prestamistas, jugadores en activo y aquellos que han conseguido abandonar esta adicción, con familiares… para conocer la verdadera cara del juego.

Cada vez son más los menores y jóvenes que acuden a programas de tratamiento pidiendo ayuda por tener problemas derivados del juego de azar. Son perfiles muy variados, pero mantienen patrones en común como la falta de autoestima, de habilidades pare gestionar conflictos que les provocan emociones como la ira, la frustración, el dolor… ¿Cómo describirías al personaje de Unax Ugalde, Alejandro Tramel, y su relación con el juego? ¿Qué le da y qué le quita?

En la serie el detonante es Alejandro Tramel. Es un “perfil resumen” de los jugadores que yo he conocido en estos años.

En este caso es un personaje masculino porque en el mundo del póker lo que yo más he encontrado son jugadores, aunque también existan jugadoras.

Es una persona muy inteligente, que es otra de las características de las personas con este perfil, muchas veces triunfadoras en sus respectivas profesiones y esto es algo que siempre me llamó la atención y que quise reflejar: cómo personas brillantes son capaces de jugarse todo lo que tienen e incluso lo que no tienen.

Desde un punto de vista etiológico, el juego patológico es un trastorno multicausal, en el que intervienen factores de riesgo ambiental (género, edad, nivel socioeconómico, estudios, disponibilidad y oferta de juego, etc.), psicológicos (impulsividad y búsqueda de sensaciones, déficits en estrategias de afrontamiento y solución de conflictos, comorbilidad, déficits y alteraciones neuropsicológicas) y biológicos.
Desde Proyecto Hombre tratamos las adicciones desde ese enfoque integral, biopsicosocial. Por eso queremos hablar de Alma, la asociación donde Alejandro Tramel acude a terapia. ¿Por qué era importante para ti reflejar un espacio de rehabilitación en la serie? ¿Visitaste algún espacio de este tipo?

Me parecía esencial abrir esta ventana en la serie y decir: existen por fortuna estos espacios donde uno puede rehabilitarse si das el paso a nivel personal.

Visité varios días uno de estos espacios, acompañado de una amiga psicóloga y asistí también a sesiones de grupo.

Para mí era muy importante reflejar esto en la serie porque al mismo tiempo que se señala la parte desesperanzadora del juego, también ha espacios de luz y esperanza, se puede salir y creo que hay que visibilizarlos.

Las cifras y datos que aparecen en el primer capítulo de la serie son estremecedores. Cito: 42 casinos, 400 bingos, 2.830 salas de juego, 5.500 despachos de lotería, 7.000 kioscos de cupones, 200.000 máquinas tragaperras, docenas de casas de apuestas online… El juego o, mejor dicho, la posibilidad de jugar, está en todas partes. ¿Qué opinas de la reciente aprobación del Real Decreto de Comunicaciones Comerciales de las Actividades del Juego (31 de agosto de 2021)?

Es un paso adelante, necesario… pero es una ley coja e insuficiente.

Es cierto que no podemos perder de vista las dificultades y presiones que ha ejercido la industria del juego para frenar esta ley y que no saliera adelante… pero tampoco puedo llegar a comprender la doble cara y la hipocresía del Estado ante este tema: ¿la lotería de Navidad no es juego?

El personaje de Ana es el de una mujer fuerte y al mismo tiempo vulnerable, con aristas y que resurge poco a poco de sus cenizas tras la llamada de su hermano y tras lo que ocurre después. Además, tiene la necesidad vital de luchar por la verdad y la justicia y se embarca en una batalla muy del estilo “David contra Goliat” contra la industria del juego.

Al mismo tiempo, ella también tiene problemas de adicción. Es una mujer que se hace añicos, para volverse a pegar. Un proceso habitual en el tratamiento con adicciones. Háblanos de Ana, ¿cómo consigue volver a pegar sus pedazos? ¿cuál es su pegamento?

Para mí en cualquier historia de ficción lo más importante no es la trama, sino los personajes.

Ana no solo es la protagonista, sino la narradora. El espectador ve a través de sus ojos. Ella se acerca al mundo del juego, un mundo que desconoce, y eso permite al espectador ver esa realidad guiado por ella.

Es un personaje con muchas adicciones (alcohol, pastillas y tranquilizantes…) y con un pasado familiar terrible. Un personaje anestesiado, muy desesperanzado, que se deja llevar y sigue adelante por inercia y solo gracias a personas que la quieren, como su amiga Concha.

Sin embargo, despierta de su letargo con la llamada de su hermano Alejandro y porque existe en ella un sentimiento de justicia muy profundo, su motor.

Para mí la serie y el libro más que una lucha de David contra Goliat en el que Goliat es la industria del juego, es una lucha contra el sistema en el que vivimos. Un sistema en el que nos han metido y que nos han dicho quees así, pero es así hasta que lo cambiemos y cada uno lo haremos desde nuestro lugar.

Y eso es lo que Ana intenta, no solo enfrentarse a un casino concreto, su lucha es contra el sistema en el que las industrias y grandes corporaciones tienen barra libre porque pagan. Un sistema perverso que tanto yo, como el personaje de Ana, nos negamos a aceptar.

También hemos sabido que Biel Montoro, el actor que interpreta al joven Andrés, preparó su papel haciendo un trabajo de campo previo buscando a jóvenes que en sus vidas hubieran tenido problemas con el juego.

Nos ha parecido muy interesante y valioso que se haya incluido un personaje de esta edad ya que la edad media de inicio en el juego (jugadores con problemas) está en los 19 años, con las máquinas de juego como instrumento de iniciación y principal fuente de problemas con el juego.

Un alto porcentaje de personas reconoce haber jugado antes de los 18 años de edad (44,8% de las personas que presentan patología relacionada con el juego).  ¿Por qué crees que la ludopatía sigue creciendo entre los jóvenes y sin embargo no se habla de ello? Lo llamamos la pandemia silenciosa del juego. España cuenta con la tasa más alta de Europa de ludópatas. De ellos, 1 de cada 5 tiene entre 14 y 21 años.

El personaje de Biel Montoro, aunque secundario, para mí es esencial en el desarrollo de la serie y porque consigue dar una visión global de este problema.

Él, gran actor, refleja la tendencia cada vez mayor en la que los jóvenes empiezan a jugar cada vez antes y tienen acceso a casas de apuestas aún siendo menores de edad saltándose todas las leyes.

Estamos criando a la primera generación para la que apostar es algo saludable.  Mis propios sobrinos preadolescentes durante los últimos años no podían ver un partido de fútbol sin ser bombardeados por publicidad sobre el juego.

Y sin embargo el tema del juego es aún tabú, pero es algo que nos va a explotar entre las manos.

En mi opinión influyen muchos factores para este crecimiento exponencial de la ludopatía entre los jóvenes, pero uno de los motivos que yo destacaría es la asociación que ha habido del juego con el deporte.

Las apuestas deportivas se han presentado como algo divertido y saludable. Muchos adolescentes sienten que si no apuestan en un partido este deja de tener emoción. Es algo que ya es un hábito para ellos y esto, lejos de pararse, sigue creciendo.

El lema que aparece en la casa de apuestas de la serie Ana Tramel, “Todos llevamos un jugador dentro” es real y lo saqué del claim que utilizaba una gran casa de apuestas.

Cuando lo vi me dio un escalofrío. Imagínate el escándalo que causaría si cambiáramos la palabra “jugador” por “alcohólico”.

Me parece una falta de vergüenza y ética mandar este tipo de mensajes a la sociedad, por eso lo mínimo que podemos hacer es denunciarlo, cada uno en la medida de sus posibilidades.

En el momento en el que realizamos esta entrevista aún no se han emitido los 6 capítulos que componen la serie. ¿Qué impresiones estáis recibiendo hasta la fecha?  

Las críticas sobre la serie han sido y están siendo muy buenas, mejor de lo que esperaba y subrayan precisamente que es una producción que refleja un tema que hasta ahora estaba inexplicablemente oculto en la ficción, siendo un tema tan presente en la sociedad.

Casi todos los comentarios destacan esto y la necesidad de este tipo de contenido y ello me enorgullece.

El feedback del mundo del juego era algo que también despertaba mi interés y ha sido ambivalente: por un lado, los jugadores agradecidos por contar esa realidad y a nivel personal esto me emociona muchísimo.

Por otro lado, por el lado de la industria del juego nos pusieron todas las trabas imaginables a la hora de rodar, no cedieron ningún tipo de instalación… todo fueron dificultades incluso para alquilar una mesa de póker.

Sin embargo, nuestra obstinación consiguió que el proyecto saliera adelante.