Informe Mundial Sobre Drogas 2023 - Proyecto Hombre

Informe Mundial Sobre Drogas 2023

Autor: Asociación Proyecto Hombre 28/09/2023     

Autor: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). 

El Informe Mundial sobre Drogas 2023, difundido en Viena, destaca que los consumidores de estupefacientes aumentaron un 23 % en la última década, hasta los 296 millones, lo que supone el 5,8% de la población global de entre 15 y 64 años. El año 2023 marca el ecuador de los trabajos que conducen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El fenómeno mundial de las drogas sigue poniendo en peligro el logro de las metas de los ODS y los esfuerzos por promover la paz, la seguridad y los derechos humanos.

Principales mensajes:

• Los problemas que plantean las drogas a nivel mundial obstaculizan el avance hacia los ODS en todos los ámbitos, desde la paz y la justicia hasta la salud y los derechos humanos, el medio ambiente y la igualdad.

• Es preciso intensificar la prevención y el acceso a tratamientos de base empírica y a servicios de atención al VIH y la hepatitis; de lo contrario, los problemas relacionados con las drogas dejarán atrás a más personas.

• La respuesta de los organismos encargados de hacer cumplir la ley debe adaptarse al ritmo de unos modelos de negocio delictivos extraordinariamente ágiles, así como a la proliferación de drogas sintéticas baratas y fáciles de introducir en el mercado.

• La salud pública debe seguir siendo la principal prioridad en el contexto de la rápida evolución de la normativa sobre fiscalización de drogas, en particular con relación al uso médico, y los países deben aumentar la inversión en investigación para hacer un seguimiento de los efectos de las políticas y fundamentar las respuestas.

Principales conclusiones y posibles respuestas

Las desigualdades y las disparidades sociales y económicas siguen impulsando el fenómeno de las drogas y viéndose impulsadas por este, lo que amenaza la salud pública y los derechos humanos. Las disparidades entre el Norte Global y el Sur Global, entre los entornos urbanos y rurales y entre subpoblaciones contribuyen a los daños causados por las drogas.

Retos a futuro y posibles respuestas ante el problema de las drogas

Es fundamental reducir las desigualdades y las diferencias en el acceso a tratamiento y a servicios integrales para reducir al mínimo las consecuencias sociales y de salud pública adversas del consumo de drogas en el marco de un proceso asistencial continuo dirigido a las personas que consumen drogas, en especial a las poblaciones vulnerables y marginadas.

  • Se necesitan iniciativas de prevención del consumo de drogas a gran escala que estén centradas en el ámbito escolar, la familia y la comunidad, a fin de reducir el riesgo de que aumenten los trastornos por consumo de drogas, en particular en vista de la elevada prevalencia de los trastornos mentales. Los grupos socioeconómicos más altos presentan una mayor propensión a iniciarse en el consumo de drogas que los grupos socioeconómicos más bajos, pero son estos últimos quienes pagan el precio más alto, ya que son más proclives a sufrir trastornos por consumo de drogas.
  • Para ser eficaz, la prestación de servicios terapéuticos debe dispensarse con arreglo a criterios de voluntariedad y basarse en los derechos humanos. A medida que el fenómeno de las drogas siga evolucionando, los Estados Miembros tendrán que redoblar sus esfuerzos para garantizar el acceso a servicios de calidad que hayan logrado reducir los trastornos por consumo de drogas, tanto a escala mundial como nacional y en todos los subgrupos de población.
  • Reducir el estigma que sufren los consumidores de drogas hará que los tratamientos e intervenciones relacionados con las drogas sean más accesibles y eficaces para las personas que los necesitan. Durante la pandemia se ha logrado reducir los obstáculos que dificultan el acceso a los servicios, lo que ha sido muy positivo para atraer y retener a los pacientes.
  • Teniendo en cuenta la gravedad de los daños y las disparidades existentes al acceder a los servicios que afectan a determinados grupos de población que consumen drogas de forma más intensiva, es necesario redoblar los esfuerzos para elaborar y poner en práctica políticas y programas que respondan a las necesidades específicas de los distintos grupos de población. Es importante adaptar los programas a las personas sin hogar, a quienes prestan servicios sexuales, a las personas que han sufrido un trauma y a otras personas que se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios, como las personas con comorbilidades adicionales de salud mental, las que están o han estado encarceladas y las mujeres embarazadas.
  • Es necesario conceder una mayor prioridad a la importancia de la salud mental en la prevención y el tratamiento de los trastornos por consumo de drogas. Los estudios científicos actuales sobre psicodélicos y los ensayos clínicos conexos ponen de manifiesto su potencial para el tratamiento de algunos trastornos mentales, si bien la supervisión médica es un componente fundamental que garantiza sus beneficios al tiempo que reduce los daños. 
  • El número sin precedentes de personas desplazadas exige una inversión mucho mayor en iniciativas de prevención del consumo de drogas y en tratamientos y servicios relacionados con las drogas para reducir al mínimo las consecuencias adversas para la salud pública y la sociedad en el marco de un proceso asistencial continuo en contextos humanitarios.
  • Es preciso asumir compromisos políticos y financieros que permitan ampliar intervenciones capaces de atajar las desigualdades estructurales y económicas, las normas socioculturales nocivas, la desigualdad de género y la violencia de género, que favorecen las epidemias de VIH y de hepatitis entre los consumidores de drogas.

Revista Proyecto 112 [Septiembre 2023]