INSOLA, el impacto social de un proyecto de inserción sociolaboral para personas con adicciones
Por Luis Miguel Morales Caballero, coordinador del estudio y evaluador en Red2Red, y Jennifer Torres Mason, evaluadora en Red2Red.
Desde el año 2016, la Asociación Proyecto Hombre (en adelante, APH) ha venido desarrollando el Proyecto INSOLA[1], destinado a mejorar la inserción socio-laboral de las personas en situación o riesgo de exclusión social, a través de un abordaje integral de los problemas de adicción.
En paralelo a este proyecto, APH junto a Red2Red[2] ha estado desarrollando el proyecto MEDIMSOLA[3], destinado al diseño y la puesta en marcha de un sistema integrado de evaluación de impacto social. En el marco de este proyecto, se definieron dos informes anuales, que acompañarían al proceso de diseño y validación de las herramientas generadas para medir el impacto social.
Este proyecto también planteó una evaluación final a través de la metodología SROI, Retorno Social de la Inversión, (Social Return on Investment, por sus siglas en ingles), que tenía como finalidad estimar, al final de este periodo, cuál había sido el impacto de este proyecto en la sociedad, analizándolo desde diferentes ámbitos, y visualizándolo en términos monetarios.
Este artículo pretende mostrar el proceso seguido para realizar este estudio, junto a los principales resultados obtenidos de esta evaluación atendiendo a la metodología SROI.
- Enfoque y etapas de la evaluación
El SROI es una metodología de evaluación que se centra en principios de medición del valor desde un punto de vista amplio, incluyendo el valor social, ambiental y económico. Esta metodología permite medir y evaluar el impacto de intervenciones en los principales stakeholders o grupos de interés, ya sea porque reciben actuaciones o porque participan en ellas.
Una de las fases fundamentales de esta metodología es la de identificar los outcomes[4], y para ello se utilizó el enfoque de evaluación orientada por la Teoría. A través de este enfoque, se reconstruye la Teoría del Programa, que muestra la relación entre recursos, actividades, productos que se generan, y los resultados e impactos de la intervención, además de los supuestos e hipótesis que justifican el desarrollo de todo este proceso.
Para el desarrollo de este SROI se definieron 5 etapas diferentes, en cada una de las cuales se identificaron los siguientes hallazgos.
- Etapa 1. Definir el alcance del análisis e identificar los principales stakeholders.
El objetivo de esta primera fase fue la identificación de los principales stakeholders de esta intervención, definidos como “cualquier actor que realiza actividades para la organización o que se vea afectado por ellas”.
En este contexto, y fruto del trabajo desarrollado durante el Proyecto MEDIMSOLA, se identificaron hasta un total de 8 agentes que debían ser tenidos en cuenta en las siguientes etapas, con la finalidad de valorar la idoneidad de ser incluidos en esta evaluación.
- Etapa 2. Mapa de outcomes. Reconstrucción de la Teoría del Programa e identificación de cambios.
Esta segunda etapa ayudó a dilucidar la Teoría del Programa que sustentaba este proyecto, y por tanto, identificar sus principales outcomes. Como consecuencia de este proceso, también se definió que esta evaluación se centraría en cuatro de los agentes identificados en la fase anterior, puesto que estos eran los que se veían afectados por la actuación en mayor medida.
El Proyecto INSOLA se estructuraba en tres Operaciones (OP) diferentes, en función de la situación de la persona, y por tanto, de las actuaciones que se desarrollaban con estas: OP1, servicio de orientación inicial; OP2, servicio de formación (prelaboral); OP3, servicio de orientación especializada (laboral).

La Teoría del Programa se reconstruyó a través del siguiente modelo lógico, y para ello se utilizaron varias técnicas de recogida y análisis de información: revisión documental, entrevistas, encuestas, grupos focales, observación, etc. junto al análisis de contenido, discurso, de datos, etc., incluyendo la visita a uno de los centros de APH.
- Etapa 3. Evidenciar los outcomes y darles valor.
Esta fase se centró en identificar los principales cambios en cada uno de los agentes a evaluar, dotándole a cada uno de los cambios de un valor monetario (proxis financieros).

Para la definición de los proxis financieros, se tuvo en cuenta la información obtenida de otros estudios desarrollados previamente, tanto en España como en otros países europeos, y estos se acompañaron de una amplia revisión bibliográfica que sustentaban en cada caso el uso de estas aproximaciones. Los principales cambios identificados para cada uno de los agentes operaban sobre cada una de las dimensiones que se reflejan en el esquema adjunto:
- Etapa 4. Medición del impacto.
Esta etapa se centró en ajustar, una vez estaban definidos los cambios que se producían en cada uno de los stakeholders y se contaba con el valor monetario, el cambio real que era atribuible al Proyecto INSOLA. Para ello, se tuvo en cuenta tres elementos: peso muerto, cambios que hubiesen sucedido de la misma manera, incluso si la actividad no se hubiese realizado; atribución, cambios que son consecuencia del proyecto y no de otras intervenciones; y desplazamiento, cambios que desplazan la realización de otros cambios.
Población con adicciones
Para la medición del impacto en este colectivo, se tuvieron en cuenta aspectos del proyecto INSOLA (operaciones y relación con los cambios que promovían), además de los resultados del propio proyecto, lo que permitió identificar hasta 8 perfiles diferentes[5] de personas beneficiarias.
El impacto en términos monetarios sobre las 5.388 personas beneficiarias que participaron en las diferentes operaciones en las diferentes dimensiones fue 20.374.518,46 €.
Familiares de la población con adicciones
Se tuvo en cuenta el tipo de operación en el que participaba cada familiar, para considerar el desarrollo de una competencia en mayor o menor medida. Para estimar el número de personas beneficiarias, se tuvo en consideración el porcentaje de personas con adicciones que llega al programa acompañada, tomando como unidad de medida un/a acompañante por cada persona.
Teniendo en cuenta la información remitida por lo centros, se estimó que se dio apoyo a 3.423 familiares, y el impacto económico sobre este grupo fue de 5.735.857,10 €.
Organización – Profesionales de PH
En el caso de la organización, se realizó una encuesta que permitió identificar sobre cuantas personas tuvo impacto cada uno de estos cambios, cuánto de este efecto se debía a este proyecto, o qué hubiesen adquirido, en cualquier caso, incluso sin participar en este proyecto. Como consecuencia de este análisis, y sobre la base de 240 personas trabajadoras, el impacto en términos monetarios fue de 123.588,40 €.
Administraciones Públicas
En este caso, se trató de estimar, ya fuese a través de ingresos o de gastos, el impacto del trabajo de inserción sociolaboral con personas con adicciones por parte de las Administraciones Públicas[6]. La referencia para cada uno de estos cálculos se realizó teniendo en cuenta la tasa de éxito de Proyecto Hombre.
En el ámbito sanitario, se tuvo en cuenta el ahorro de costes relacionados con hospitalizaciones, nuevos casos de VIH y su tratamiento, junto a otros tratamientos médicos relacionado con el abuso de drogas.
En el ámbito judicial, se consideró el coste del ingreso en centros penitenciarios o de otras medidas alternativa al ingreso en prisión como consecuencia de este consumo.
En el ámbito laboral, y en relación con las personas con adicciones, se estimó la recuperación de rentas para la economía regular al dejar de consumir drogas ilegales (tributación IVA), reducción del absentismo laboral (bajas cubiertas por la SS) y los ingresos generados vía Seguridad Social e IVA por la inserción laboral (considerándose el salario mínimo, motivo por el cual no aparece el IRPF). Desde el punto de vista de las personas trabajadoras de PH, se tuvieron en cuenta los ingresos generados vía SS, IRPF y tributación del IVA.
El impacto económico en estos ámbitos de intervención del Estado fue de 29.456.990,84 €.
- Etapa 5. Cálculo del SROI.
En esta etapa se realiza el cálculo del coeficiente que permite visualizar el valor actual de los impactos y el coste de la intervención. En esta etapa se hizo un “análisis de la sensibilidad” para comprobar de qué manera los cambios en alguno de los supuestos sobre los que se sustentaba el análisis, producía resultados diferentes.
Resultados
Para calcular la ratio del SROI hay que tener en cuenta los recursos invertidos (inputs) en el desarrollo del Proyecto INSOLA, que fueron de 10.729.236,06 €, donde se incluye salarios del personal junto a otros costes fijos relativos al desarrollo de este proyecto, con los impactos en términos monetarios obtenidos durante la etapa 4.

Si se relaciona estos inputs con los impactos totales de los cuatro agentes del análisis, suma un total de 55.690.954,80 €, lo cual genera una ratio de 5,19€ de retorno social por cada euro invertido.
A pesar de que esta evaluación se ha realizado en su mayor parte sobre una base conservadora para no tratar de sobrestimar el impacto[7], se realizó un análisis de sensibilidad, considerando que algunos de los supuestos asumidos se modificasen. El resultado aparece a continuación, y puede verse que incluso sobre estos supuestos, el impacto es realmente positivo. En ese sentido, en un escenario más pesimista, la ratio se sitúa en 3,53€ de retorno por euro invertido, mientras que en un escenario optimista esta ratio se iría a los 7,92€ de retorno por euro invertido.

Conclusiones
En conclusión, puede decirse que el Proyecto INSOLA tiene un importante impacto sobre su población objetivo, personas con adicciones, pero además tiene la capacidad de involucrar e incidir sobre otros agentes, muy especialmente sobre las y los familiares de estas personas. Esta intervención incide de manera directa sobre estos colectivos, pero tiene un impacto sobre otros ámbitos de la sociedad y la propia administración pública.
De hecho, los resultados de esta evaluación han puesto en evidencia que, al tratarse de un colectivo que se encuentra en una situación especialmente vulnerable, el impacto del Proyecto INSOLA en las Administraciones Públicas es más que relevante. En ese sentido, las mejoras conseguidas por estas personas en el ámbito terapéutico primero, y sociolaboral después, derivan en una reducción importante del gasto social en ámbitos como el sanitario, el judicial o el laboral, pero también en un aumento de la contribución de estas personas al sistema mediante impuestos y cotizaciones.
Tanto es así que, aplicando un punto de vista estrictamente económico, la intervención se justifica por si sola: la estimación total de retorno de las administraciones públicas es de 2,75€ por euro invertido. Si a esto se añade las estimaciones del resto de agentes, se identifica un retorno de más de 5€ por euro invertido, lo cual sitúa a esta, no solo como una intervención necesaria por parte de la administración pública, sino como una inversión socialmente rentable.


Bibliografía
Brousselle, A., & Champagne, F. (2011). Program theory evaluation: Logic analysis. Evaluation and program planning, 34 1, 69-78.
L Hehenberger, AM Harling, P Scholten – European Venture Philanthropy Association (2013). A practical guide to measuring and managing impact
Nicholls, J., Lawlor, E., Neitzert E., & Goodspeed, T. (2012). A guide to Social Return on Investment. SROI Network.
Rossi, P. H., Lipsey, M. W., & Freeman, H. E.
(2004). Evaluation: A systematic approach. Thousand Oaks, CA: Sage.
[1] INtegración SOcioLaboral para personas con problemas de Adicciones.
[2] Proyecto en el que se ha contado con la colaboración de Javier Jambrina, Cristina Suero y Anabel Suso.
[3] MEDición del IMpacto SOcio-Laboral
[4] Por “Outcome” se entienden los “impactos” y/o “resultados a largo plazo” generados por la intervención.
[5] Perfil 1: Alta terapéutica y empleada a los 6 meses; perfil 2: Fin de tratamiento y empleada a los 6 meses; perfil 3: abandonos y bajas voluntarias, empleadas a los 6 meses, y que estuvieron en la OP más del tiempo medio de duración; perfil 4: abandonos y bajas voluntarias, empleadas a los 6 meses, y que estuvieron en la OP menos del tiempo medio de duración. Los perfiles del 5 al 8 seguirían el mismo enfoque, pero sin estar empleados 6 meses después de finalizar el proyecto.
[6] Una primera aproximación se realizó a través del estudio realizado por Projecte Home Balears de “El coste económico y social del consumo de drogas en las Islas Baleares: Análisis de los costes y beneficios del tratamiento de las personas drogodependientes”.
[7] Un ejemplo sería que se ha considerado el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para todas las personas empleadas 6 meses después de la intervención.