Programa Alaia: camino hacia la alegría

11/05/2021     

Francisco Aranda Martín, Proyecto Hombre Málaga

En el año 2015 comenzamos a recibir a personas que nos pedían ayuda por problemas de bajo estado del ánimo y que no recibían los recursos necesarios para mejorar. En ocasiones eran familiares de personas en tratamiento por adicción y en otros casos venían de otros ámbitos.

Según esta organización un total de 2.408.700 españoles sufrieron en 2015 depresión, una enfermedad cuya prevalencia está aumentando en el mundo y que en el caso de España representa el 5,2 % de la población. La prevalencia de mujeres a hombres es de más del doble, siendo en España la prevalencia de la depresión en mujeres del (9,2%) más alta frente al (4%) en hombres, según datos de la Encuesta Nacional de Salud, de 2017. Es decir en España durante el 2015, unas 1.700.000 mujeres sufrirían de Depresión frente a unos 700.000 hombres. Las causas de este trastorno son múltiples, es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.

Esta mayor prevalencia en mujeres está influida por factores socioculturales que las hacen más vulnerables al fenómeno. Además quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, duelos, traumatismos psicológicos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión.

Comenzamos a perfilar posibles intervenciones para atender esta nueva demanda, desde nuestros recursos, según nuestra manera de hacer y trabajar y dentro de la cobertura legal que debe tener una intervención sanitaria, de acuerdo a la normativa para centros sanitarios de la Junta de Andalucía.

Desde la formación del personal del equipo y desde el diseño de una intervención con fundamentos científicos, nació Alaia (“Alegre” en euskera). Programa dirigido a mejorar la calidad de vida y superar la depresión (Trastorno Depresivo Persistente, DSM-V).

Impacto

Arrancamos con el grupo inicial en septiembre de 2018 y hasta la fecha, dentro de la duración del programa que es de aproximadamente 12-14 meses, hemos tenido 4 altas terapéuticas, todas con éxito.

Dentro de los datos iniciales que nos encontramos a la hora de estudiar la respuesta que daba nuestra sociedad y el sistema público de salud a los problemas de depresión, nos encontramos con datos como que en la actualidad los problemas de salud mental, en especial los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos, suponen una enorme carga de trabajo para el sistema público de salud. Se calcula que aproximadamente una de cada cinco consultas que reciben los profesionales de la medicina en atención primaria en España son de esta naturaleza. Esta sobrecarga afecta de manera inequívoca a las posibilidades efectivas de diagnóstico e intervención, ya que dichos profesionales de la medicina de familia o atención primaria, no cuentan con los recursos ni tiempo necesario para su adecuada atención, siendo el tiempo medio para consulta inferior a los diez minutos. (Latorre et al, 2012). A esto se une que los problemas de salud mental (fundamentalmente ansiedad, depresión y somatización) son los que mayor carga de trabajo produce en los médicos de atención primaria. (Latorre et al, 2012).

Desde el Consejo General de la Psicología de España se muestra cómo recientemente, en el marco de un Congreso Nacional sobre Ansiedad y Trastornos Comórbidos, profesionales de la medicina han reconocido que los tratamientos farmacológicos actuales resultan insatisfactorios en estos casos, ya que sólo son efectivos en la mitad de los pacientes y su administración no elimina cierta patología residual que se mantiene en el tiempo.

En cambio sí existe una enorme evidencia científica en los últimos años, que demuestra que la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha mostrado ser una alternativa más eficaz y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión ya que  la medicación no soluciona el trastorno sino que lo cronifica, perpetuando en gran medida los problemas,  mientras que la psicoterapia es un proceso que a largo plazo logra el equilibrio emocional de la persona con mayor probabilidad, sin suponer riesgos para la salud o efectos secundarios adversos como sí los presentan los fármacos. (Infocop Online, 2011). O lo que es lo mismo, junto a la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión la TCC mantiene los cambios terapéuticos a largo plazo, las personas presentan una mayor adherencia al tratamiento y una disminución del riesgo de recaídas con una elevada tasa de recuperación, evitando así la cronificación del trastorno y disminuyendo el número de visitas a los servicios médicos y hospitalizaciones.

Ante esta realidad apostamos por una intervención grupal con intervenciones individuales de refuerzo implementando una evaluación pre y post tratamiento con entrevistas clínicas y con las pruebas objetivas estandarizadas siguientes:

  • Inventario de Depresión de Beck (BDI) (Beck, Ward, Mendelsohn, Mock y Erbaugh 1961).
  • Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970).
  • Escala de Autoestima (Rosenberg, 1965).

Marco conceptual y metodología del programa

El tratamiento consiste en sesiones psicoeducativas y terapéuticas grupales desde donde se dotan de habilidades y estrategias adecuadas a las usuarias para afrontar las distintas variables que inciden en el trastorno depresivo y que según la literatura científica tienen evidencia en su eficacia sobre la depresión y síntomas asociados dentro de la Terapia Cognitivo Conductual y Terapias de 3ª Generación.

Estas sesiones se llevan a cabo en modo grupal en una sesión de dos horas una vez en semana complementándolas con sesiones individuales donde se adapta de forma eficiente el tratamiento a la persona en función del análisis funcional de las respuestas y consecuencias propias del trastorno, atendiendo a lo más relevante en su momento y en la realidad concreta de la persona.

Destacamos la riqueza del trabajo en grupo ya que se crea y potencia un clima de ayuda mutua entre ellas que observamos muy positivo y que de forma general aumenta la adherencia al tratamiento debido a los fenómenos afectivos que se derivan de la cohesión grupal.

Desde la observación clínica vemos como las mujeres que componen el grupo mejoran muy significativamente en el autocuidado diario con lo que de manera inmediata suelen mejorar su estado de ánimo rápidamente y esto a su vez repercute en el hecho de que afronten de una manera más efectiva las dificultades que manejan en su vida, con lo cual todo de forma circular, se retroalimenta y mejora de forma evidente su calidad de vida disminuyendo respuestas depresivas.

De la misma forma, el modelado por parte de las otras usuarias tiene una repercusión positiva en este cambio, potenciándolo y prestando apoyo afectivo en las dificultades, mejorando las expectativas y motivación de cambio.

Tabla de resultados de las primeras tres altas:

Bibliografía

American Psychiatric Association (2014). Guía de consulta y criterios diagnósticos DSM-V. American Psychiatric Publishing. Trastorno depresivo persistente (distimia) (pp. 108-110). Washington, DC.

La terapia cognitivo-conductual es más eficaz y eficiente que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y depresión, (2012). Consultado el 10 de enero de 2018, Consejo General de la Psicología de España, Revista digital Infocop-online: http://www.infocopo.es/view_article.asp?id=3854.

Latorre, J.M., Navarro, B., Parra, M., Salguero, J.M., Mae, C. y Cano, A. (2012). Evaluación e intervención de los problemas de Ansiedad y Depresión en Atención Primaria: Un Problema sin resolver. Revista clínica de medicina de familia. (Vol. 5, nº1, pp. 37-45).