VOCES EXPERTAS: La implicación de la regulación emocional en el juego patológico

20/03/2020     

Alejandro Blanco Herrera. Psicólogo. Terapeuta en Proyecto Hombre Castilla La Mancha. Experto en Inteligencia emocional.

“Las pequeñas emociones son las grandes capitanas de nuestras vidas y las obedecemos sin saberlo”. Vincent Van Gogh

La regulación emocional está teniendo un amplio interés por parte de la comunidad científica aún cuando sigue existiendo confusión con respecto a su definición (Cabello, Fernández-Berrocal, Ruiz-Aranda y Extremera, 2006). La amplia investigación llevada a cabo sobre este constructo ha puesto de manifiesto su relación con la salud mental y física, así como su implicación en la satisfacción en las relaciones interpersonales y el desarrollo laboral (Koole, 2009). De hecho, en la exploración de la relación existente entre los déficits en la regulación emocional y la psicopatología se ha encontrado evidencia de su implicación en trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, abuso de sustancias, esquizofrenia o trastornos alimentarios (Hervás, 2011; Bradley, 2000). Estos hallazgos tienen implicaciones en la clínica ya que algunos enfoques psicoterapéuticos como, a modo de ejemplo, la Terapia Dialéctica Conductual (Linehan, 1993) han puesto el acento en la regulación emocional como forma de intervenir ante diversas psicopatologías, entre ellas el abuso de sustancias (Linehan, 1993; Salsman y Linehan, 2006).

En el DSM V (APA, 2013) se incluye por primera vez el juego patológico dentro del espectro de los trastornos adictivos y se propone una nueva categoría diagnóstica “Trastornos adictivos no relacionados con sustancias”. Desde un acercamiento etiológico, el juego patológico es considerado un trastorno multicausal donde están implicados factores biológicos, psicológicos y ambientales (Blaszcznynski y Nower, 2002). Es la interacción de estos factores lo que propiciaría el desarrollo y mantenimiento de este trastorno, teniendo diferentes vías de desarrollo en función de la influencia de cada uno de los factores antes mencionados (Blaszcznynski y Nower, 2002). 

En cuanto a prevalencia en España en la actualidad, en la Estrategia Nacional sobre adicciones 2017-2024 se expone que el índice de prevalencia de jugadores patológicos actualmente es de un 0,9%, un 1% para personas con problemas de juego y un 4,4% para jugadores que tiene algún tipo de riesgo (PNSD, 2018). Por otro lado, otros organismos, como la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), informan de que aunque sigue siendo más frecuente el juego de forma presencial, se ha producido un incremento generalizado en todos los segmentos del juego online como casas de apuestas online, bingo online, etc., especialmente en población joven (DGOJ, 2015).

Este estudio nace de la necesidad de ampliar el conocimiento acerca del juego patológico ya que, tal como se alerta en la Estrategia Nacional Sobre Adicciones 2017-2024 (PNSD, 2018) se está produciendo un aumento anual de admisiones a tratamiento por juego patológico. De hecho, uno de los cuatro ejes fundamentales de esta estrategia nacional para los próximos años son las adicciones sin sustancia o comportamentales “haciendo especial énfasis en los juegos de apuestas (presencial u online)” (PNSD, 2018). En la misma línea, en los centros terapéuticos de Proyecto Hombre trabajamos día a día con personas con problemas de diversas índole estando entre ellas las personas con problemas de juego patológico, lo cual nos requiere un conocimiento de las factores relacionados e implicados en esta problemática específica. 

MÉTODO

El objetivo de la presente investigación fue analizar la evidencia científica acerca de la implicación de la regulación emocional en el juego patológico a través de una revisión teórica. Para ello se utilizaron las bases de datos incluidas en el servidor WEB OF SCIENCE y las palabras clave  recogidas en la tabla (véase tabla 1). Los criterios de inclusión en el estudio fueron: artículos publicados en los últimos cinco años en revistas indexadas; que basaran sus resultados y conclusiones en datos cuantitativos obtenidos por una metodología estadística; que evaluaran específicamente las variables juego y regulación emocional; por último, que sus objetivos o alguno de ellos analizara la relación entre regulación emocional y juego patológico de forma específica. 

RESULTADOS

Estudio de selección y diseño 

La búsqueda inicial arrojó 64 artículos de los cuales solo estuvieron relacionados con los objetivos de esta revisión 17 de ellos. Finalmente de los 17 iniciales se descartaron 5 por no cumplir con los criterios de inclusión del estudio.

Muestra 

El sumatorio de las muestras independientes que conformaron esta revisión fue de 8579 personas. Se encontraron tres perfiles diferentes de participantes en las investigaciones de esta revisión: jugadores habituales, personas con diagnóstico de juego patológico y estudiantes; por último, un artículo no pudo definirse en ninguna categoría ya en incluía varios perfiles. Por otro lado, la muestra estuvo compuesta únicamente por participantes masculinos en cinco de estas investigaciones, mientras que el resto, siete, tuvieron una muestra tanto de hombres como mujeres. Por último, la franja de edad de la muestra fue desde los 13 hasta los 68 años. 

Medidas

Los instrumentos utilizados podemos dividirlos en aquellos que evalúan el juego patológico y aquellos que evalúan la regulación emocional. Entre los que evalúan el juego patológico el más presente ha sido el South Oaks Gambling Screen (SOGS; Lesieur y Blume, 1987). Entre los cuestionarios que evalúan la regulación emocional se encontraron aquellos que evalúan un índice de regulación emocional global como la Escala de Dificultades de Regulación de la Emoción o DERS (Gratz y Roemer, 2004) y aquellos que analizan determinadas estrategias de regulación emocional específicas como son el Affective Style Questionnaire o ASQ (Hofmann y Kashdan, 2010), el Cognitive Emotion-Regulation Questionnaire o CERQ (Garnefski y Kraaij, 2007) y Emotion Regulation Questionnaire o ERQ (Gross y John, 2003).

«Este estudio nace de la necesidad de ampliar el conocimiento acerca del juego patológico ya que, tal y como se alerta en la Estrategia Nacional Sobre Adicciones 2017-2024 (PNSD 2018) se está produciendo un aumento anual de admisiones a tratamiento por juego patológico»

CONCLUSIONES

 Este estudio pretendía analizar la relación de la regulación emocional con el juego patológico. Lo que se encontró, tras un análisis de la evidencia actual sobre la temática, es que en función de qué criterio se evalúe de la regulación emocional los resultados difieren en su asociación con el juego patológico. Por un lado, está la desregulación emocional analizada a través del cuestionario de DERS (Gratz y Roemer, 2004) y, por otro lado, el uso de estrategias específicas de regulación emocional, evaluadas a través de diferentes cuestionarios.

Los resultados en relación con las dificultades en la regulación emocional o, de forma más genérica, la desregulación emocional y el juego patológico indican una correlación positiva entre la gravedad del juego patológico y el nivel de desregulación emocional. Igualmente se encontró que la desregulación emocional era un buen predictor, en muestras de jugadores habituales, del juego patológico (Poole, Kim, Dobson y Hodgins, 2017; Jauregui, Estévez y Urbiola, 2017). 

En relación con el uso de las estrategias de regulación emocional los resultados son más dispares. Por un lado, algunos datos indican una correlación negativa entre la gravedad del juego patológico y el uso de estrategias de regulación emocional adaptativas como son el reajuste o reevaluación (Pace et al, 2015) y la aceptación de la experiencia emocional (Orlowsky, et al, 2018). Si bien, otros resultados no apoyan este planteamiento ya que en muestras de jugadores regulares (evaluados en la gravedad del juego) no mostraron diferencias entre grupos en el uso de estrategias de regulación de la emoción (Barrault, Bonnaire y Herrmann, 2017). Por otro lado, también se encontró que en una muestra de jugadores con juego patológico en comparación con un grupo control mostraron mayores niveles de reenfoque positivo que los controles (Navas et al, 2016), lo cual contradice los resultados de otras investigaciones que analizaban el uso de reenfoque positivo y otras estrategias de regulación emocional en otros trastornos psicopatológicos (Garnefski, Kraaij, y van Etten, 2005). 

En conclusión, los datos de esta revisión apoyan la hipótesis de que la regulación emocional es un proceso que influye en los trastornos adictivos comportamentales, más específicamente, en el juego patológico. La desregulación emocional además de estar involucrada en los trastornos adictivos en general (Aldao, Nolen-Hoeksema y Schweizer, 2010), ha mostrado correlación con la presencia de juego patológico, por lo que la investigación sobre este proceso puede favorecer la mejora de los tratamientos actuales trabajando específicamente este variable, ya que la regulación emocional es un proceso psicológico que puede ser modificado a través de la psicoterapia (Berking, 2008). Por otro lado, aunque de forma global la desregulación emocional está relacionada con el juego patológico, no queda claro con los datos obtenidos el papel de las estrategias de regulación emocional en esta relación encontrándose resultados muy heterogéneos. Por ello, aunque parece existir una tendencia al uso de estrategias no adaptativas y al déficit en el uso de estrategias adaptativas, no es posible sacar conclusiones firmes al respecto.

 Las principales limitaciones de esta estudio han sido la escasa investigación sobre esta cuestión, lo cual ha derivado en una revisión con un número de investigaciones muy reducido, por lo que la generalización de estos resultados ha de hacerse con mucha cautela. Además, la muestra de los estudios es muy heterogénea y evaluada de forma transversal por lo que igualmente es difícil extraer conclusiones firmes sobre esta relación entre variables. Asimismo, tan solo un 59,7% de los estudios contaron en sus muestras con mujeres, por lo que estos resultados han de ser interpretados teniendo en cuenta esta circunstancia, ya que es posible que no sean generalizables a toda la población. 

AGRADECIMIENTOS

Especial agradecimiento a Paco Sainero, profesor y amigo, en ambas facetas excepcional. Sin él este trabajo no habría sido posible.

BIBLIOGRAFÍA

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*El Máster en Adicciones: Perspectiva Biopsicosocial, de la Asociación Proyecto Hombre y la Universidad de Oviedo, cuenta con una veintena de alumnos que elaboran Trabajos Fin de Máster (TFM) con interesantes y reveladores contenidos. Este artículo pertenece a uno de los dos TFM mejor puntuados en la edición 2017/2018.