EDITORIAL: Therapones
Manuel Muiños. Revista PROYECTO. Director-presidente Proyecto Hombre Salamanca
De nuevo el espacio para el encuentro y el reencuentro a través de las páginas que hoy nos presenta la revista PROYECTO, como un auténtico regalo en medio de estos momentos turbulentos, cargados de incertidumbre y desasosiego, pero que hemos de vivir con responsabilidad y en clave de oportunidad. Hemos de desgranar cada artículo, cada pensamiento, cada palabra de este número con una visión de futuro cargada de esperanza. Sin duda alguna, nos situaremos en el aquí y el ahora del momento que nos toca vivir, nuestro momento el mejor momento, de manera clara, concreta, precisa y concisa. Creo que lo que nos muestran estas páginas nos ayudará a situarnos y resituarnos ante una nueva realidad disfrazada de “nueva normalidad”.
Veremos la necesidad del uso de todos los medios a nuestro alcance para dar respuesta a la demanda de ayuda ante las distintas realidades generadas por las adicciones. Sin caer en la tentación de envolver y tapar cuanto acontece bajo el manto de la COVID-19 como si ella fuera el todo, la reina y señora, sin dejar espacio para vivencias al margen de su presencia. Mal está que nos condicione la vida pero no podemos permitir que nos la amargue y mucho menos que nos lleve a olvidar nuestra razón de ser. Una cosa es la inmunidad de rebaño y otra un rebaño inmune a todo lo que pasa y anestesiado ante la realidad. Es verdad, es necesario reinventarnos, replantear todo lo que sea necesario para realizar de manera adecuada y eficaz la tarea que en el ámbito de las adicciones desempeñamos. Ahora bien, calidad sí, pero calidez también. Nuestra razón de ser está fundamentada en una calidad que se pone de manifiesto en nuestro trato humano, cercano, de exigencia y compromiso con la persona, con el otro. El envase, las formas, los métodos, los planteamientos podemos “venderlos” como queramos pero teniendo claro que el valor realmente depende del contenido y del sentido que le demos al mismo. Hemos de estar muy atentos a la jugada, a la realidad, al momento, no vaya a ser que nos quedemos en fuera de juego. No vaya a ser que por buscar nuevos caminos perdamos el norte y equivoquemos el rumbo navegando en círculo o, lo que es peor, a la deriva.
No está el problema en las mascarillas, sino en quien las usa, mal usa o rehúsa, así puede sucedernos con las distintas maneras, métodos, planteamientos, teorías, terapias, … que tenemos a nuestro alcance
No está el problema en las mascarillas, sino en quien las usa, mal usa o rehúsa, así puede sucedernos con las distintas maneras, métodos, planteamientos, teorías, terapias, … que tenemos a nuestro alcance. Se trata de entender y lograr que todo nos sirva para ser buenos “therapones”, como decían los griegos, para nosotros mismos y para los demás. Quizá sea un buen momento para cuestionarnos en primera persona y con honestidad si realmente es así. Si con nuestro esfuerzo, nuestro buen hacer, nuestras evaluaciones, nuestros datos y estadísticas, nuestros sistemas de calidad, nuestros estudios… intentamos cada día y logramos ser esos “therapones” que contribuyen a descongestionar la vida de aquellas personas que buscan alternativas para poder caminar con dignidad o, si por el contrario, en base a intereses personales y sociales, nos convertimos en “tapones” que asfixian e impiden un fluir de la vida en libertad.