El tabaco en el ámbito laboral
Un estudio encargado por la Fundación Británica del Corazón al Centro de Investigación Económica y Empresarial, ha calculado el coste extra que supone un trabajador fumador para la empresa. Y lo sitúa en más de 2.100 € al año. Un sobresueldo que se quema, no se disfruta y que al quemarlo envenena al fumador, a los que le rodean y al entorno a profesionalidad de este estudio y que sus resultados coincidan con otros similares, nos permite considerarlo como una referencia fiable.
La profesionalidad de este estudio y que sus resultados coincidan con otros similares, nos permite considerarlo como una referencia fiable.
¿De dónde proviene ese incremento del coste?
El incremento del coste, prioritariamente viene de más ausencias en el trabajo, de la mayor incidencia de enfermedades y de las bajas más largas en esas enfermedades.
El incremento en las ausencias se ha estimado entre 15 a 20 horas al mes. Esta mayor incidencia en enfermedades se comprende por el deterioro en la salud que genera el tabaco. Y el mismo deterioro incrementa la duración de las bajas. Duración que el estudio sitúa en unos cuatro días más, por cada baja.
Algunos detractores cuestionan los resultados de los diversos estudios realizados sobre este tema, planteando que los compañeros no fumadores también interrumpen su trabajo con tazas de café o visitas al baño y es cierto. Pero estas interrupciones de café o baño, también son realizadas por los fumadores, salidas que ellos incrementan con las de su adicción a la nicotina. La ansiedad por el consumo, lleva en muchos casos a escapadas solitarias que ni siquiera se ven enriquecidas por la relación con los compañeros. Estar en el puesto de trabajo, no significa productividad, pero no estarlo sí que la dificulta.
A pesar del número de personas que está superando la adicción, seguimos siendo uno de los países con mayor prevalencia de fumadores de la unión europea.
La legislación, el incremento en los precios y concienciación ciudadana, ha ayudado mucho, pero todavía no es suficiente. En España mueren unas 60.000 personas al año a causa del tabaco, algunas de ellas son fumadoras pasivas. Hablamos de más de 160 muertes al día. Pocas causas de muerte alcanzan esas cifras y sin embargo son tan fácilmente evitables.
La incidencia del tabaquismo en el ámbito laboral necesita de mayor difusión para tomar conciencia de todo el daño que genera. Gran parte de las consecuencias que genera el tabaquismo son a medio y largo plazo, por lo que cuanta menor es la inmediatez, más facilidad tienen las personas que fuman para justificar y distorsionar la realidad. Los daños, aunque algunos lleguen tras la jubilación, nos repercuten a todos. Son conciudadanos enfermos que ven mermadas su calidad de vida y la duración de esta, que necesitan de servicios sanitarios costosos, que se podrían emplear para enfermedades más difíciles de prevenir. Su vida sería de mayor calidad de no haberse iniciado en la adicción o haberla superado lo más tempranamente posible.
El tabaquismo laboral en nuestro país esta tres puntos y medio por encima del de la población general. Intervenir en el consumo de tabaco desde y en la empresa, es eficaz y rentable para todos.
A día de hoy, solo el 5% de las empresas han ofrecido programas de tabaquismo a sus empleados. La mayor parte de estos se realizaron con el cambio de legislación. Pero siguen haciendo falta, por el bien del fumador, de la empresa y de toda la sociedad.
Es una adicción complicada, pero las últimas generaciones de tratamientos y la voluntad decidida del enfermo pueden conseguir un paso más hacia la salud.