La salud mental en el ámbito laboral

Autor: Asociación Proyecto Hombre      10/10/2023     

Autoría: Ana Lucrecia Aranda Martín y María San Pedro. Miembros de la Comisión de Prevención Laboral

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un acontecimiento impulsado por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) con el apoyo de la OMS. La intención de esta fecha es poder visibilizar la situación de una parte de la sociedad que presenta un trastorno mental y reivindicar los derechos de estas personas y sus familias. La celebración de esta fecha pone de manifiesto la importancia de la prevención, el apoyo social y las políticas de inclusión que son necesarias para el abordaje de la salud mental en las poblaciones. Los datos nos muestran un empeoramiento en este ámbito, dado el impacto que la pandemia y otros temas relevantes, han producido tanto en la calidad de vida como en el bienestar de la sociedad. 

Es por todos sabido que de un tiempo para aquí se está haciendo hincapié en la importa que la salud mental tiene, en especial, el cuidado de ésta y lo significativo que es poder buscar estrategias para un desarrollo saludable de la persona. Venimos de una sociedad que tiene a la globalización económica y cultural que fomenta el hedonismo y el materialismo, en la que los valores se transforman en efímeros y caducos, mostrando el carro de la velocidad del cambio como llave en el sistema social e ideológico. Sin embargo, esta misma sociedad es la que nos está mostrando lo necesario de pararnos y atendernos, de poder ver la importancia que supone mostrar todo aquello que hasta ahora estaba detrás de la figura y no se mostraba permaneciendo en el fondo.

La persona pasa como media un tercio de su día trabajando, por lo que el ámbito laboral puede y debe ser, un espacio que propicie bienestar. Todos los/as trabajadores/as tienen derecho a un entorno laboral seguro y saludable. Contar con este, favorece una buena salud mental ya que proporciona.

  • Una base que crea rutinas y da estructura al a persona.
  • Solvencia y autonomía económica.
  • Desarrollo profesional.
  • Creación de vínculos y relaciones en comunidad.

Por otro lado, las personas con problemas de salud mental, cuando estén aptas para trabajar, ti tienen el derecho a poder optar a su puesto de trabajo y a que se les realicen las adaptaciones necesarias para su desempeño.

 La OMS recomienda tres acciones para apoyar a las personas con problemas de salud mental que quieren obtener, mantener un trabajo y participar en él.

  • Los ajustes razonables en el trabajo adaptan los entornos de trabajo a las capacidades, necesidades y preferencias del personal laboral con problemas de salud mental, pueden consistir en facilitar horarios flexibles, tiempo adicional para completar las tareas, asignaciones modificadas a fin de reducir el estrés, tiempo libre para citas de salud, reuniones regulares de apoyo.
  • Los programas de reincorporación al trabajo combinan la atención dirigida al trabajo (por ejemplo, mediante ajustes razonables o el regreso gradual) con la atención clínica continua para apoyar la reincorporación significativa después de una ausencia relacionada con problemas de salud mental, y al mismo tiempo reducen los síntomas de trastorno mental.
  • Las iniciativas de empleo con apoyo ayudan a las personas con graves problemas de salud mental a obtener trabajo remunerado y mantenerse empleadas mediante un apoyo continuo en materia profesional y de salud mental.

El trabajo puede contribuir a la recuperación o minimización de las consecuencias del trastorno o enfermedad mental, a la inclusión y mejora de la confianza y al buen funcionamiento en la sociedad. 

Pero, por el contrario, el lugar de trabajo puede constituir un entorno que favorezca problemas que afecten negativamente a la salud mental, como cualquier tipo de discriminación y desigualdad por raza, sexo, identidad de género y orientación sexual, discapacidad, condición de migrante…… 

Aquellas personas que tienen trastornos mentales más evidentes o limitantes son más fácilmente excluidas y rechazadas. Permanecer sin trabajo también representa un riesgo para la salud mental. El desempleo, la inseguridad laboral y financiera y la pérdida reciente del empleo son factores de riesgo de intento de suicidio.

Por todo ello el ámbito laborar debe de convertirse en un espacio donde se promocione la salud mental y donde se visibilice y proteja al personal laboral que tenga ya problemas de este tipo. 

Para que esto suceda habrá que fortalecer las competencias encaminadas a que se reconozcan y normalicen los problemas de salud mental en el trabajo, que no se oculten y se mire para otro lado y a que, por el contrario, se tomen medidas al respecto, en particular de las personas responsables de supervisar a otras. 

Con el fin de proteger la salud mental, la OMS recomienda lo siguiente

  • Sensibilizar al personal laboral respecto de la salud mental para así reducir el rechazo y la estigmatización de aquellos trabajadores/as afectados/as. 
  • intervenciones dirigidas a la persona para desarrollar herramientas que permitan gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental.
  • capacitar a la dirección y grados medios para ayudarles a que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional de quienes supervisan; desarrollen competencias interpersonales como la comunicación abierta y la escucha activa y comprendan mejor de qué manera los factores estresantes en el trabajo pueden afectar a la salud mental y cómo pueden gestionarlos.

En definitiva, respecto a la salud mental queda un largo camino a recorrer para mejorar la calidad de vida de las personas en general, para favorecer entornos que sumen y no resten en la calidad y bienestar y sobre todo en la sensibilización y normalización de los trastornos y enfermedades mentales para que sean cada vez menos excluyentes pudiendo ser compatibles con el desarrollo personal ,laboral y comunitario pleno

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