¿Por qué intervenir en el ambiente de trabajo puede ser rentable (no sólo) en términos de salud?
Por Francisco Javier Pérez Cuso
Somos conscientes desde hace muchos años de la importancia del ambiente de trabajo para la cohesión grupal, la eficiencia, la imagen de la empresa y para tantos otros beneficios intangibles pero relevantes. A pesar de ello, desde las empresas se suele abordar el desarrollo de ambientes de trabajo desde una perspectiva reactiva, sólo cuando aparecen problemas. Con cierta razón, se suele confiar en las posibilidades y la naturaleza constructiva de los trabajadores y trabajadores, así como en sus propias habilidades para la construcción de dichos ambientes.
Sin embargo, algunos estudios nos señalan que en ocasiones los trabajadores empleamos estrategias poco adecuadas para la construcción de equipos de trabajos y relaciones en nuestro entorno laboral. Uno de dichos estudios, realizado en Oslo (Buvik, 2020) muestra cómo en ocasiones el consumo de alcohol se llega a considerar como una especie de “inversión” por parte de los trabajadores en la generación de relaciones de cercanía y de ambiente de equipo con los compañeros y compañeras (profundización de las relaciones, ritos de transición, generación de historias compartidas, etc.)
Por ello, pese a que las personas somos capaces de generar de modo autónomo buenos ambientes en los que relacionarnos y trabajar, puede ser positivo que las empresas inviertan tiempo y esfuerzo en el desarrollo de iniciativas más saludables para mejorar el clima y ambiente de trabajo, mediante actuaciones como las siguientes:
- Acciones de acogida y presentación de nuevos empleados
- Espacios y momentos para el contacto y la relación personal
- Formación sobre comunicación interpersonal y asertividad
Desarrollar estrategias de este tipo no sólo va a permitir disponer de un buen ambiente de trabajo, con mejor clima y mayor productividad, sino que también contribuye a evitar estrategias no siempre tan positivas, como la que el estudio realizado por el Instituto Noruego de Salud Pública denominada “inversión en alcohol” u otras estrategias no siempre adecuadas.
Buvik, K. (2020). It’s time for a drink! Alcohol as an investment in the work environment. Drugs: Education, Prevention and Policy, 27(1), 86-91, DOI: 10.1080/09687637.2019.1570082