La prevención del consumo de alcohol y otras drogas en la población trabajadora desde los Servicios de Prevención

Autor: Asociación Proyecto Hombre      19/05/2020     

Una de las responsabilidades que se le asignan desde la Ley de Prevención de Riesgos Laborales a los Servicios de Prevención es la vigilancia de la salud. Pese al importante papel que los profesionales de la salud pueden tener en las decisiones de los pacientes sobre el consumo de sustancias, el abordaje de la prevención del consumo de alcohol y otras drogas suele estar lejos de las tareas diarias de estos profesionales de los Servicios de Prevención.

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Metropolitana de Oslo (Thørrisen et al., 2019) en relación a este tema, se evidencia que, pese a que una parte importante de profesionales de los servicios de salud laboral deben enfrentarse con frecuencia a casos relacionados con el consumo de alcohol y otras drogas, no suelen hacerlo desde una perspectiva de prevención universal o primaria, sino que suele realizarse desde una perspectiva indicada o reactiva ante la aparición de problemas, lo que se limita a la reducción de daños o abordaje de problemas de consumo ya instaurados. Las limitaciones que estos profesionales afirman enfrentar para realizar un abordaje preventivo más real están relacionadas con un déficit formativo, así como con la falta de tiempo y recursos.

¿Pueden los servicios de salud hace frente adecuadamente a todas las necesidades?  Son grandes profesionales, pero nadie es todopoderoso. Los profesionales que ya están trabajando en el entorno laboral por la salud y la reducción de riesgos, pueden formarse para tener una mejor comprensión de la problemática y una capacidad de intervención más amplia y desde luego más preventiva, pero necesitaran colaboración de especialistas en el tema de las conductas adictivas. Más, cuando esas conductas se están diversificando y por lo tanto complicando su reconocimiento y prevención.

Diversificando y complicando a través del incremento de casos de ludopatía a partir de la legalización del juego y las apuestas (ley 13/2011), de las nuevas sustancias con bajo riesgo percibido, o de la banalización de los consumos de alcohol, cannabis e hipnosedantes, que facilitan en su iniciación y posterior consumo problemático.

Desde la perspectiva que Proyecto Hombre plantea para la intervención integral, entendemos que es necesario un abordaje completo que incluya tanto la detección e intervención temprana de aquellas personas que pueden presentar problemas, como las acciones preventivas con el colectivo laboral sin problemas presentes. 

Hablamos, por lo tanto, de un plan integral de intervención sobre las conductas adictivas en el espacio de trabajo, en el que analizar la realidad para poder desarrollar acciones totalmente adaptadas a sus necesidades y recursos, así como al perfil de los beneficiarios. Con esa adaptación se gana en eficacia y eficiencia. El plan integral que propone Proyecto Hombre pone a las personas en el centro de la intervención y por la tanto la generación de salud y bienestar es el objetivo final.

Ese plan incluye acciones de prevención a través de la información veraz, la sensibilización y el incremento de las habilidades sobre la gestión del estrés, de los sentimientos, la comunicación, las habilidades sociales, la asertividad, la toma de decisiones, etc… Porque la información no basta, hacen falta los recursos adecuados para decidir y llevar adelante esas decisiones por la salud y la calidad de vida, a veces, con la oposición del entorno.

También incluye acciones para reducir los factores de riesgo del entorno de trabajo e incrementar los de protección, la prevención de amplio espectro suele tener un nivel de eficacia elevada. La formación es importante, entre otras cosas para incrementar la generación de salud, facilitar la gestión de situaciones conflictivas y el acceso a programas de tratamiento, para ello hay que plasmar la política generadora de salud de la entidad sobre las conductas adictivas en un documento consensuado, en un acuerdo que incorpore protocolos de actuación, todo esto ha de facilitar el reconocimiento temprano de los problemas y el acceso a programas de tratamiento profesionales. 

Proyecto Hombre ofrece sus conocimientos sobre las adicciones y su prevención al mundo del trabajo, siempre en colaboración con los profesionales que ya están en las empresas, pues son quienes mejor las conocen y quienes pueden dar continuidad en el tiempo a las acciones, para incorporarlas en las políticas de prevención y salud de cada entidad.

El ámbito laboral es el espacio más adecuado para promover salud entre la población adulta, pero no podemos enfocarlo desde una perspectiva reactiva ante problemas, accidentes o situaciones de conflicto, sino desde una verdadera óptica de promoción de salud.Thørrisen et al. (2019). Current practices and perceived implementation barriers for working with alcohol prevention in occupational health services: the WIRUS OHS study. Substance Abuse Treatment, Prevention, and Policy, 14(30), 1-11 doi: https://doi.org/10.1186/s13011-019-0217-2

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